Es muy interesante darse un espacio para evaluar qué tanto de nuestras vidas dedicamos a complacer a otros sin escuchar la voz interna que dice qué es lo que realmente queremos vivir.
Puede ser que te sientas muy libre en un aspecto, pero que en otro que es fundamental, como las relaciones de pareja por ejemplo, estés comprado por las expectativas ajenas.
Es normal que hayamos aprendido a adaptarnos dentro de una sociedad y que siguiéramos ciertas reglas para la convivencia, pero lo que generalmente ocurre es que esto se desvirtua para convertirse en moldes petrificados en donde muy poco o nada escuchamos nuestro llamado interno
. Si de niño creciste con un modelo de amor agresivo, entonces, por inverosímil que parezca, buscarás parejas agresivas, y aunque no sea un acto consciente, es una manera muy perversa con uno mismo de vivir para los demás.
No es que haya alguien en específico que debe aprobarnos, es que sencillamente le somos fieles a un modelo o a un sistema de creencias aprendidas.
Los estereotipos de perfección que introdujiste tan bien a la mente subconsciente marcan una regla muy potente de la que pareces no poder salir si estás adormecido.
Como ocurre con una computadora, vamos corriendo estos programas persiguiendo los modelos de lo que se considera una vida exitosa de pareja, matrimonio, familia, hijos, trabajo, imagen, logros materiales, etc. Pero si realmente lo examinas te vas a dar cuenta de cuántas de estas metas son completamente prestadas o auto-impuestas cuando las aceptas.
A donde quiera que voltees vas a darte cuenta de que se están generando muchos cambios: parejas “ideales” que terminan, trabajos “estables” que cumplen su ciclo, movimientos de todo tipo, y reacomodos de lo que nunca hubiéramos imaginado.
En gran parte, todo esto está siendo generado por esta necesidad de que impere la verdad en tu ser, y en los de todos, y aunque los cambios duelan a veces, qué mayor dolor que tener tu vida empeñada, fuera de lo que realmente eres, de tu esencia, de tu más brillante y expandida identidad.
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